lunes, 31 de marzo de 2025

Mi vasija de barro

 


Señor, Señor, alfarero de mi vida
Reconozco que me he caído de tus manos
y, sin darme cuenta,
he ido poco a poco por ahi rodando,
y en lo mas profundo 
hacerme mil pedazos

Señor, Señor, alfarero de mi vida,
reconozco que me he caído de tus manos.
Ya cuando casi me estabas terminando,
cuando mi obra recibía
las últimas pinceladas para ser perfecto,
me caí de tus manos.

Sentí el dolor amargo
del golpe en mi vasija de barro.
Pero más grande fue el dolor al ver,
sí, al ver que el alfarero estaba llorando,
llorando, porque yo,
su obra perfecta,
se había arruinado.

"¿Cómo es posible?" — dijiste —
"Después que te había formado,
después que te había dado
la forma que tanto había deseado.
¿Por qué? ¿Por qué, mi vasija,
te caíste de mis manos?"

Pero yo te grito ahora,
ahora que estoy hecho mil pedazos
por el suelo del mundo y del pecado.

No quiero, no quiero
que juntes ni recojas mis pedazos.
Hazme, hazme de nuevo.

Sosténme con la diestra de tu justicia.
Sosténme con tu brazo poderoso,
para que nunca más,
alfarero mío,
me caiga de tus manos.

Amén.

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Declamacion en audio

El Varon


El día sexto del mundo
Jehová creaba al varón.
Y vio el Creador con tristeza
cómo cayó en tentación.

Desde ese día, tremendo,
¿Qué del Edén fue sacado?
Muerte.
Y buscar el sustento
es el pago por su pecado.

Pero Jehová es Dios de amor,
jamás nos ha abandonado.
Siempre nos tiene un pastor,
por su gracia iluminado.

De Moisés a Malaquías,
cuántos varones le hablaron
a Jehová día tras día
y siempre respuesta hallaron.

Y para borrar el pecado
que con Adán fue empezado,
mandó a su Hijo, un varón:
nuestro Jesús, tan amado,
unigénito de Dios,
el Cordero inmaculado.

Con Jesús, doce varones,
aunque entre ellos el traidor
que rompiera corazones
cuando entregara al Señor.

Mas con la traición de Iscariote,
los otros once allanaron.
Con su fe, bien firme en Cristo,
el Evangelio implantaron.

Y así podría mencionarles,
se los digo con criterio,
a miles y miles de hombres cabales
que han formado el ministerio.

Ministerio de varones,
hombres a Dios entregados,
que recorren las naciones
luchando contra el pecado.

Pilar de iglesias cristianas,
que aumentan su crecimiento,
con fe en las almas humanas,
que en Cristo va en nacimiento.

Hombre que ayuda al cristiano
en espíritu a crecer,
o te lleva de la mano
para a Jesús conocer.

¡Vamos, vamos, vamos, vamos,
varones valientes,
hombres de gran corazón!
Pongan a Cristo en sus mentes.
Él es perfecto varón.


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Si quieres saber como se recita descarga el audio aqui

Esta poesia fue compartida amablemente por un hermano, me encanta como dice poesia y se la pedi, no es muy conocida pero espero les guste tanto como a mi. Incluso me compartio el como recitarla y por eso les dejo el enlace al audio

lunes, 30 de noviembre de 2015

Siervo



(A mi amado Pastor Gilber Fauss)

Eres tú el escogido
Por el Padre Celestial
Por cuanto le ha placido
A ti su obra encomendar.

No importa cuanto tarde
Dios la obra completar
Que tu alma fiel aguarde
Y no desvíes tu mirar.

Dios te dice : las naciones
En herencia te daré
Y no pide mil canciones
Solo un corazón de fe.

No olvides mi Ministro
Te dice el Señor
Que Yo Soy quien te visto
Y te sustento con amor.

Espera en el Amado
Que el vallado puesto está
Has sembrado y has regado
Pero crecimiento Dios lo da.

Aquel que siembra la Palabra
Con gozo ha de llegar
A la tierra donde labra
Porque fruto ha de segar.


--Patricia J. Olivera Costilla. --

Entrégame tus penas



¡Dios! si mis penas son tuyas
voy a pensar en algo diferente…
Pero han pasado varios minutos
y no fluye en mi nada elocuente

¿Qué debo hacer si tú lo hiciste ya todo?
¿Será que mis dudas me impulsan a actuar de todos modos?

Y recorro una vez más el camino de espinas
Y Tú me dices ¡hijo para!
Y ¿por qué mejor no te inclinas?

Si es que ya lo hice por ti,
¡descansa tranquilo!
Ven acércate y escucha a tu mejor amigo

¿Qué te parece mi plan?
¡Mira lo que paso con Adán!

Y para qué escoger el mal camino
¿No te das cuenta que en realidad
soy yo el dueño de tu destino?

Siempre te amaré, en el amanecer, en el anochecer
Jesús mi hijo todo el tiempo te lo hará saber
Cuando escuches llover
Deléitate en mi mover
No te dejaré caer

Porque te entrego mis caricias
 confundidas con el viento
Con el sonido de las olas
 y al mojar tu cuerpo
Con el agua de vida y el sabor de mis besos

Y es que estoy en todos lados
¿No lo has notado?
Por esto te digo entrégame de verdad tu carga
Déjame ya tus penas

porque en Cristo te serán ajenas.

En la Prueba



Cuando algún vendaval tu vida agite
y tu pecho el dolor tenga oprimido,
no preguntes a Dios, «por qué permite»
Di más bien, para qué lo ha permitido.

Porque Él tiene un propósito, y tu herida
es sin duda un peldaño, que, aunque estrecho,
Dios lo ha puesto queriendo que en tu vida
desarrolles tu don con más provecho.

Si es que anhelas ser fiel, sufre y espera.
Recuerda que el Señor te está guiando,
y al final, cuando esfume tu quimera,
sabrás por qué en su amor te está probando.

Siempre no durará lo que hoy padeces;
todo aquí en esta vida es pasajero.
Tras la noche, radiante el día aparece
deslumbrando hasta el último lucero.

Sí Satán te empujara hacia el pecado,
resiste hasta triunfar como un valiente.
Que también Jesucristo fue tentado
y jamás resbaló por la pendiente.

Niña ciega



Qué ciego es el mundo, madre,
Que ciegos los hombres son,
Piensan, madre, que no existe
Más luz que la luz del sol.

Madre, al cruzar los paseos
Cuando por las calles voy,
Oigo que hombres y mujeres
De mí tienen compasión.
Que juntándose uno a otro
Hablan bajando la voz
Y que dicen: ¡Pobre ciega!,
Que no ve la luz del sol.

Mas yo, no soy ciega, madre;
No soy ciega, madre, no;
Hay en mí UNA LUZ DIVINA
Que brilla en mi corazón.
El SOL que a mí me ilumina
Es de eterno resplandor;
Mis ojos, madre, son ciegos...
Pero mi espíritu...no.

Cristo es mi Luz, es el día
Cuyo brillante arrebol
No se apaga de la noche
En el sombrío crespón.
Tal vez por eso no hiere
El mundo mi corazón
Cuando dicen: ¡Pobre ciega!,
Que no ve la luz del sol.

Hay muchos que ven el cielo
Y el transparente color
De las nubes, de los mares
La perpetua agitación.
Mas cuyos ojos no alcanzan
A descubrir al SEÑOR
Que tiene a leyes eternas
Sujeta la Creación.

No veo lo que ellos ven,
Ni ellos lo que veo yo;
Ellos ven la luz del mundo
Yo veo la LUZ DE DIOS.
Y siempre que ellos murmuran:
¡Pobre ciega! (digo yo)
¡Pobres ciegos!, ¡que no ven
¡Más luz que la luz del sol!...


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Lagrimas del Santo



Lágrimas del Santo
Al rodar por tus mejillas
Con gran dolor del corazón
Aquellas lágrimas sencillas
Dejaron huellas de pasión
Por el mundo que se pierde
Sin amor, sin compasión.

Aquellas lágrimas hoy duelen
Viendo al mundo sin perdón
Porque sabes, que si mueren
No gozarán tu salvación.

Lágrimas del Santo
Que se mezclaron con sudor
Porque amó al mundo tanto
Llevando todo su dolor.

Lágrimas benditas
Que me acercaron al Señor
Lágrimas con ruegos
De mi amado intercesor.


-- Patricia J. Olivera Costilla. --