lunes, 30 de noviembre de 2015

En la Prueba



Cuando algún vendaval tu vida agite
y tu pecho el dolor tenga oprimido,
no preguntes a Dios, «por qué permite»
Di más bien, para qué lo ha permitido.

Porque Él tiene un propósito, y tu herida
es sin duda un peldaño, que, aunque estrecho,
Dios lo ha puesto queriendo que en tu vida
desarrolles tu don con más provecho.

Si es que anhelas ser fiel, sufre y espera.
Recuerda que el Señor te está guiando,
y al final, cuando esfume tu quimera,
sabrás por qué en su amor te está probando.

Siempre no durará lo que hoy padeces;
todo aquí en esta vida es pasajero.
Tras la noche, radiante el día aparece
deslumbrando hasta el último lucero.

Sí Satán te empujara hacia el pecado,
resiste hasta triunfar como un valiente.
Que también Jesucristo fue tentado

y jamás resbaló por la pendiente.

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