lunes, 30 de noviembre de 2015

Entrégame tus penas



¡Dios! si mis penas son tuyas
voy a pensar en algo diferente…
Pero han pasado varios minutos
y no fluye en mi nada elocuente

¿Qué debo hacer si tú lo hiciste ya todo?
¿Será que mis dudas me impulsan a actuar de todos modos?

Y recorro una vez más el camino de espinas
Y Tú me dices ¡hijo para!
Y ¿por qué mejor no te inclinas?

Si es que ya lo hice por ti,
¡descansa tranquilo!
Ven acércate y escucha a tu mejor amigo

¿Qué te parece mi plan?
¡Mira lo que paso con Adán!

Y para qué escoger el mal camino
¿No te das cuenta que en realidad
soy yo el dueño de tu destino?

Siempre te amaré, en el amanecer, en el anochecer
Jesús mi hijo todo el tiempo te lo hará saber
Cuando escuches llover
Deléitate en mi mover
No te dejaré caer

Porque te entrego mis caricias
 confundidas con el viento
Con el sonido de las olas
 y al mojar tu cuerpo
Con el agua de vida y el sabor de mis besos

Y es que estoy en todos lados
¿No lo has notado?
Por esto te digo entrégame de verdad tu carga
Déjame ya tus penas

porque en Cristo te serán ajenas.

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